El mejor negocio es servir de manera auténtica, y el dinero es una consecuencia
Creando cosas útiles para los demás he llegado a la consecuencia lógica del dinero.
Vine a un retiro espiritual y energético, a un lugar recógnito y tranquilo de la geografía cubana. Conversaba con unos amigos en uno de los bares del hotel, mientras tomábamos unas copas. No podía evitar pensar en la cantidad de personas que por miedo, prejuicios o falta de confianza en sí mismos, no se lanzan a lo desconocido, a crear algo propio, fallar las veces que sea necesario, aprender, volverse a levantar y así sucesivamente hasta lograr una estabilidad.
En otras palabras: no se atreven a emprender. Prefieren la aparente comodidad de seguir en la ruedita del hámster, eternamente corriendo, sin ir a otro lugar, de deuda en deuda, trabajando para llegar a final de mes y no disfrutar la vida en su plenitud.
Sé que no todo el mundo nace para emprender, y que hay mil formas de vivir plenamente, trabajando en el proyecto de otro, colaborando con una idea o un sueño común. También sé que muchos llevan el creativo en el alma, el emprendedor innato, y lo reprimen para no asumir un camino que es duro y angosto -sobre todo al principio- pero eventualmente cosecha dulces resultados.
Los comienzos son difíciles
Cuando te lanzas a emprender, y más cuando comienzas sin ninguna preparación, vas a chocar con muchas realidades. Ser dueño de tu propio tiempo, ir a tu ritmo, enfocarte en resolver un problema de la sociedad con una solución que pueda ser monetizable, tratar de que sea rentable y sostenerla en el tiempo: es un reto que no es para todo el mundo. Se te van a presentar miles de dificultades para animarte a tomar el camino fácil.
Por defecto, vas a fracasar.
Uno, dos, tres, o más proyectos/negocios te van a salir mal. La mayoría no lo dice y se queda callado. Otros como yo, salimos públicamente a contar cada fracaso y sus causas para educar a más emprendedores a no cometer los mismos errores. Ya sea que lo publiques o no, vas a tener algún que otro fracaso, es lo normal.
Habrán momentos en que tendrás que dar el brazo a torcer, buscar un empleo temporal, hacer algo de capital y seguir adelante. En otros momentos habrá que postponer ideas.
El más grande fracaso es rendirte, parar de intentarlo, darte por vencido. Mientras sigas creando, estás venciendo.
La mente se transforma sobre la marcha
A medida que pasa el tiempo, descubres qué funciona, qué no funciona, aprendes a entender la psicología humana, las necesidades de nichos específicos y logras diferenciar qué vale la pena y qué no. Toma tiempo, pero mientras sigas creando, rodeándote de las personas adecuadas, y cambiando de contexto para ver otras realidades, tu mente estará en constante expansión.
Expansión mental constante implica aumento de la zona de comfort.
Aumento de la zona de comfort implica mejores ideas y mejor ejecución.
Mejor ejecución implica más eficiencia y mejores resultados.
Mejores resultados implican más valor a la sociedad y por tanto, más rentabilidad, autonomía y libertad.
La libertad en toda su magnitud -mental, espiritual y financiera- te lleva a superar límites y vivir una vida más plena.
Estamos en la Tierra para romper nuestros propios esquemas mentales, superar nuestras propias limitaciones y crecer. El objetivo de la vida terrenal (al menos yo lo veo así) es superarnos a nosotros mismos, alcanzando el máximo potencial posible.
Tan solo hay que vivir para ver cómo crecemos mentalmente y maduramos.
Vivir PARA emprender y vivir DE emprender
Comienzas a emprender porque tu objetivo es simplemente crear, hacer lo que amas. No buscas inicialmente nada más que aportar soluciones, porque te nace, está en tu naturaleza.
Sobre la marcha, a medida que vas superándote a ti mismo, creciendo y siendo más libre, pasas a tener más tiempo para disfrutar el momento presente. Si eres consistente, insistente y persistente en seguir creando, un día te sorprendes viendo los cimientos que has construido. Entonces verás que valió la pena.
Verás que valieron la pena esos buches amargos, las noches sin dormir, las veces que estuviste en el fondo y volviste a levantarte.
Estarás tomándote una copa mientras caen transacciones, sin hacer nada. Tus aportes a la sociedad se habrán remunerado. No era el objetivo inicial, pero habrás llegado a esa consecuencia.
Durmiendo, caerán transacciones también. Te levantarás y verás cuánto dinero ganaste mientras dormías.
Habrás pasado a un nivel mayor de libertad, gracias a haber aportado algo útil a la sociedad.
Emprender = aportar algo útil a la sociedad y vivir de eso que aportas
Negocio = intercambio de valor entre dos partes
O lo que es lo mismo "el mejor negocio es servir de manera auténtica, y el dinero es una consecuencia".
Entonces, sigue creando
Alcanzar esa libertad suprema que te permite vivir el estilo de vida que consideres digno, mientras haces lo que amas, aportando a los demás, logrando la libertad de movimiento para ir a donde quieras, rodeándote de las personas que te potencien, viviendo experiencias enriquecedoras y conectándote cada vez más con la fuente de lo divino... todo eso y mucho más es posible si sigues creando.
Da el primer paso, identifica un problema en el mundo y resuélvelo, entonces analiza cómo puedes generar librertad a partir de esa solución. Luego escala y ve a resolver otro problema.
¿Ya lo estás haciendo? Enhorabuena, toca seguir. Las mentes inquietas saben que seguir creando es una fuente inagotable de satisfacción, realización humana y de riqueza para todos.
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